Hola, mi nombre es Katherine Soto y soy alumna del 2do año de secundaria- I.E. Miguel Pro.
Durante el año he ido realizando diferentes trabajos de composición literaria, uno de ellos fue mi autobiografía. Me esforcé mucho para que fuera una de las mejores, y así fue.
Durante el año he ido realizando diferentes trabajos de composición literaria, uno de ellos fue mi autobiografía. Me esforcé mucho para que fuera una de las mejores, y así fue.
Espero que les guste, a mí me encantó redactar este tipo de texto, cada vez que lo leo recuerdo muchos momentos bonitos.
Los años han pasado
Yo nací en una mañana primaveral del 14 de noviembre de 1994, en el hospital ¨Hipólito Unaune¨ de Tacna.
Vivía en San Camilo junto con mis padres: Jorge Soto y Rosana Condori, acompañada también de mi hermana Helen de 1 año.
A los 12 meses, mis padres decidieron llevarme a vivir a Sullana, Piura, pero cuando cumplí 1 año y medio regresamos a Tacna y nos mudamos a la casa en la que hoy vivo, ubicada en Habitat.
Me matricularon en la cuna jardín de la comunidad, donde conocí a mis primeros compañeros y profesoras. Aprendí mis primeras palabras, canciones, cuentos y sobre todo descubrí el gran talento que tengo para el dibujo.
A la edad de los siete años me enfermé de peritonitis, razón por la que me operaron, luego se me complicó con una Septicemia generalizada (infección a todos los órganos del cuerpo) fue realmente triste oír que me podía morir y ver a mis padres muy preocupados. Felizmente después de dos meses salí fuera de peligro pero mis oídos se perjudicaron, la enfermedad que me dio había malogrado los nervios auditivos. Por más que seguí un tratamiento, sólo he podido escuchar un cincuenta por ciento y así quedare para siempre.
A los diez años mis padres con mucho esfuerzo me pudieron comprar mi primer audífono, al principio me daba mucha vergüenza usarlo, pero gracias al apoyo de mis compañeros me acostumbré y no me avergüenzo de nada.
A los diez años mis padres con mucho esfuerzo me pudieron comprar mi primer audífono, al principio me daba mucha vergüenza usarlo, pero gracias al apoyo de mis compañeros me acostumbré y no me avergüenzo de nada.
Ha Pasado mucho tiempo, desde entonces, ahora tengo trece años, soy una persona normal y siempre lo he sido, quiero darle gracias ha Dios por haberme salvado, por haberme dado la oportunidad de vivir para la felicidad de mis padres y hermanos a los que amo y amaré para siempre.